21/06/2022
El agutí, un roedor de tamaño considerable originario de las selvas tropicales y otras áreas de América Central y del Sur, despierta la curiosidad de muchas personas. Su apariencia, a menudo comparada con la de un conejillo de indias grande, y sus hábitos interesantes lo convierten en un animal llamativo. Sin embargo, surge una pregunta común: ¿puede este animal silvestre vivir como mascota en nuestros hogares? La respuesta no es tan sencilla como un simple sí o no, y profundizaremos en los aspectos clave para entender la complejidad de esta cuestión.

Para empezar, es fundamental diferenciar al agutí del roedor que a veces se conoce como "rata agutí". Mientras que la "rata agutí" se refiere a un patrón de color específico en las ratas domésticas comunes (Rattus norvegicus), el agutí del que hablamos aquí es un género distinto (Dasyprocta) que habita en la naturaleza, con sus propias características y necesidades muy diferentes a las de una rata doméstica.
¿Qué es un Agutí? Conociendo al Animal
Los agutíes son roedores medianos a grandes que pertenecen al género Dasyprocta. Existen al menos 11 especies reconocidas, distribuidas por una vasta región que va desde México hasta Sudamérica. Físicamente, tienen cuerpos redondeados, patas delanteras con cinco dedos y traseras con solo tres, orejas pequeñas y un pelaje que varía en tonos de marrón y gris.
Su tamaño puede ser bastante impresionante para un roedor. Algunas especies pueden alcanzar hasta 60 centímetros de longitud y pesar más de 3.5 kilogramos (superando las ocho libras). Aunque son grandes en comparación con conejillos de indias o hámsteres, no alcanzan el tamaño de su pariente cercano, el capibara.
Hábitat y Distribución Natural
Estos roedores prefieren principalmente los ambientes de selva tropical con vegetación densa y abundancia de frutas y nueces, que constituyen una parte importante de su dieta. Sin embargo, también se les puede encontrar en pastizales, sabanas y zonas de matorrales. Su adaptabilidad les permite incluso frecuentar áreas agrícolas, donde a veces son considerados una plaga por dañar cultivos como plátanos y caña de azúcar.
La distribución geográfica del agutí es amplia, abarcando gran parte de América Central y del Sur. Cada especie tiene un rango específico, algunas ocupando áreas extensas y otras limitadas a regiones más pequeñas.
Comportamiento y Dieta
El comportamiento del agutí varía entre especies. Algunos son solitarios, mientras que otros viven en parejas o pequeños grupos. Se alimentan principalmente de materia vegetal, siendo herbívoros. Su dieta incluye una gran variedad de nueces, bayas, frutas, vegetales, cultivos, raíces, semillas y plantas suculentas. Son conocidos por seguir a grupos de monos para aprovechar las frutas que estos dejan caer.
Un comportamiento notable es su forma de comer, sosteniendo la comida entre sus patas delanteras de manera similar a las ardillas. Y al igual que las ardillas, tienen el hábito de almacenar comida, excavando pequeños escondites en el suelo para guardar el exceso para su uso futuro. Esto demuestra una necesidad de cavar y un comportamiento natural de forrajeo que debe ser considerado si se piensa en su cuidado.
Otra característica interesante es su habilidad para nadar. Cuando se sienten amenazados por depredadores, no dudan en lanzarse al agua para escapar, lo que indica que el acceso a agua para nadar podría ser beneficioso o incluso necesario para su bienestar en un entorno controlado.

Agutíes y la Interacción Humana: ¿Mascotas Potenciales?
La relación entre los agutíes y los humanos es compleja. Por un lado, algunas personas los cazan para alimentarse. Por otro, como mencionamos, pueden ser vistos como plagas agrícolas. Y sí, existe la práctica de tener agutíes como mascotas.
Sin embargo, aquí radica uno de los puntos más importantes: los agutíes no están domesticados. A diferencia de perros, gatos o incluso conejos y conejillos de indias, que han pasado por generaciones de selección y adaptación para vivir con humanos, el agutí es un animal silvestre con instintos naturales intactos. Esto implica que su comportamiento puede ser impredecible y sus necesidades ambientales, nutricionales y sociales son las de un animal salvaje, no las de una mascota tradicional.
La Cuestión de la Legalidad
Un factor crucial a considerar es la legalidad. En muchas jurisdicciones, es ilegal poseer un agutí como mascota. Las leyes varían según el país, estado o incluso municipio, y a menudo están diseñadas para proteger tanto a la fauna silvestre como al público, evitando la tenencia de animales que pueden ser difíciles de cuidar, potencialmente peligrosos o que podrían convertirse en especies invasoras si escapan.
Antes de siquiera considerar la posibilidad de tener un agutí, es imprescindible investigar a fondo las leyes locales y nacionales. Ignorar este paso puede acarrear multas severas, la confiscación del animal y otros problemas legales.
Cuidados en Cautiverio (Zoos y Santuarios)
La información sobre el cuidado de agutíes proviene principalmente de zoológicos y santuarios que albergan a estas especies. Estos entornos profesionales intentan replicar lo más fielmente posible el hábitat natural del animal. Esto significa recintos amplios con densa vegetación, múltiples escondites, sustrato para cavar y, a menudo, acceso a cuerpos de agua. La dieta es cuidadosamente supervisada por veterinarios y nutricionistas, consistente en una variedad equilibrada de frutas, verduras, nueces y otros alimentos apropiados para su especie.
Este nivel de cuidado requiere recursos significativos: espacio considerable, inversión en infraestructura, conocimiento especializado sobre su comportamiento y necesidades, y acceso a atención veterinaria que entienda la fisiología de animales exóticos. Replicar esto en un hogar promedio es extremadamente difícil, si no imposible.
¿Por Qué un Agutí No Es una Mascota Típica?
Más allá de la legalidad y la falta de domesticación, hay varias razones por las que un agutí presenta desafíos significativos como mascota:
- Necesidades de Espacio: Son animales activos que necesitan mucho espacio para correr, cavar y explorar. Un recinto típico para mascotas pequeñas no sería suficiente.
- Comportamiento de Escape: Al ser animales silvestres, su instinto de huida es fuerte. Son ágiles, rápidos y pueden cavar, lo que los hace propensos a escapar si no se les proporciona un recinto extremadamente seguro.
- Dieta Específica: Su dieta natural es variada y requiere un conocimiento preciso para replicarla en cautiverio y evitar problemas de salud.
- Atención Veterinaria: Encontrar un veterinario con experiencia en animales exóticos, específicamente en roedores de este tipo, puede ser muy difícil y costoso.
- Potencial de Destructividad: Su necesidad natural de roer y cavar puede resultar en daños significativos a la propiedad si no se les proporciona el enriquecimiento adecuado.
- Interacción Social: Dependiendo de la especie, pueden ser solitarios o vivir en parejas/grupos. Entender y satisfacer sus necesidades sociales es crucial, y la interacción con humanos puede no ser natural o deseable para ellos.
- Riesgo para la Salud Humana: Como cualquier animal silvestre, pueden portar parásitos o enfermedades zoonóticas.
Agutí vs. Rata Agutí: Aclarando la Confusión
Es importante reiterar la diferencia, ya que la información proporcionada incluye una sección sobre la "rata agutí". La "rata agutí" no es una especie distinta, sino una descripción del color del pelaje de las ratas domésticas (Rattus norvegicus). Este color se caracteriza por tener bandas de diferentes tonos (generalmente gris oscuro en la base, rojo/marrón en el medio y negro en la punta) en cada pelo individual, lo que le da un aspecto "agouti" o salvaje.
La rata doméstica, independientemente de su color (incluido el color agutí), es un animal que ha sido domesticado durante siglos y es una mascota popular y legal en muchos lugares. Sus necesidades de cuidado son bien conocidas y muy diferentes a las del agutí silvestre (Dasyprocta). La información sobre la "rata agutí" en el texto se refiere a esta variación de color en ratas domésticas y su historia en el mundo de las exposiciones de ratas, no al animal silvestre de América Central y del Sur.
Preguntas Frecuentes sobre el Agutí como Mascota
¿Qué es un agutí?
Un agutí es un roedor de tamaño mediano a grande (género Dasyprocta) nativo de América Central y del Sur, conocido por su apariencia similar a la de un conejillo de indias grande y su comportamiento de forrajeo y almacenamiento de comida.

¿Dónde viven los agutíes?
Principalmente en selvas tropicales, pero también en pastizales, sabanas y zonas de matorrales en América Central y del Sur.
¿Qué comen los agutíes?
Son herbívoros y su dieta consiste principalmente en frutas, nueces, bayas, semillas, raíces y otra materia vegetal.
¿Es legal tener un agutí como mascota?
En la mayoría de los lugares, es ilegal tener un agutí como mascota debido a que son animales silvestres y no domesticados. Las leyes varían, por lo que es crucial verificarlas localmente.
¿Son peligrosos los agutíes?
Aunque generalmente evitan a los humanos y son más propensos a huir, como cualquier animal silvestre, pueden morder o arañar si se sienten acorralados o amenazados. No son intrínsecamente peligrosos en el sentido de ser depredadores de humanos, pero su comportamiento puede ser impredecible.
¿Los agutíes son ratas?
No, el agutí (Dasyprocta) es un género de roedores distinto de las ratas (Rattus). Existe un patrón de color llamado "agutí" en las ratas domésticas, pero esto se refiere solo al color del pelaje, no a la especie de agutí silvestre.
¿Son los agutíes domesticados?
No, los agutíes son animales silvestres y no domesticados. Esto significa que conservan sus instintos naturales y no están adaptados a vivir en entornos humanos.
Conclusión: Un Animal Silvestre, No una Mascota Doméstica
En resumen, aunque algunas personas puedan intentar tener un agutí como mascota, la realidad es que son animales no domesticados con necesidades complejas que son muy difíciles de satisfacer en un entorno doméstico. La falta de domesticación, las estrictas necesidades de hábitat y dieta, la dificultad para proporcionar atención veterinaria adecuada y, sobre todo, la legalidad son factores que desaconsejan fuertemente la tenencia de un agutí como mascota.
Son criaturas fascinantes adaptadas a la vida en su entorno natural. Observarlos en documentales, zoológicos o en su hábitat silvestre (siempre con respeto y desde la distancia) es la mejor manera de apreciar su singularidad. Para aquellos que buscan un compañero roedor, existen muchas especies domesticadas y adecuadas para la vida en casa, como conejos, conejillos de indias o ratas domésticas de color agutí, que son opciones mucho más responsables y manejables.
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