15/09/2024
En las vastas y áridas extensiones de la Patagonia argentina habita un animal fascinante, a menudo conocido por un nombre que genera cierta confusión: la “Liebre de la Patagonia”. Sin embargo, a pesar de este apelativo popular, este peculiar habitante de la estepa no es en realidad una liebre, sino un roedor de gran tamaño con características únicas que lo distinguen notablemente. Su verdadero nombre, y el que lo identifica dentro del reino animal, es la Mara.

La Mara Patagónica, cuyo nombre científico es Dolichotis patagonum, es un miembro destacado de la familia Caviidae, la misma a la que pertenecen los cobayos y las vizcachas. Esta clasificación como roedor, en lugar de liebre (que pertenece al orden Lagomorpha), marca una diferencia fundamental en su biología y comportamiento, aunque su apariencia y la forma en que se desplaza puedan recordar a las auténticas liebres.
Características Físicas de la Mara
Una de las primeras cosas que llama la atención de la Mara es su impresionante tamaño. Se trata de uno de los roedores más grandes del mundo, con una longitud corporal que oscila entre los 63 y los 74 centímetros y una cola muy reducida de apenas 3.5 a 4.5 centímetros. Su peso puede variar significativamente, alcanzando entre 8 y 16 kilogramos, lo que lo convierte en un animal robusto y considerable para su orden.
El cuerpo de la Mara es alargado y presenta una particularidad: es más ancho en la parte posterior. Su cabeza es grande y angulosa, con ojos también grandes que le otorgan un amplio campo visual, crucial para detectar depredadores en los ambientes abiertos que habita. Las orejas son alargadas, otra característica que contribuye a su capacidad de vigilancia, permitiéndole captar sonidos a distancia.
Sus patas son largas y finas, adaptadas para la carrera. Curiosamente, existe una diferencia notable entre las patas delanteras y las traseras. Las extremidades anteriores poseen uñas fuertes en forma de garras, ideales para excavar. En contraste, las patas posteriores terminan en pequeñas pezuñas, una adaptación inusual para un roedor, que junto con su forma de desplazarse a saltos, refuerza su parecido superficial con las liebres auténticas. La cola, aunque presente, es tan pequeña que pasa casi desapercibida.
El pelaje de la Mara es corto y denso. La coloración general es parda amarillenta, lo que le proporciona un excelente camuflaje en el entorno semiárido de la estepa. El dorso es más grisáceo y se oscurece progresivamente hasta volverse negro en las ancas. Esta zona de las ancas es especialmente distintiva, ya que está atravesada por una gruesa y llamativa franja blanca. Los flancos, los costados de la cara y los muslos exhiben un color ocre anaranjado, mientras que el vientre y la garganta son de un tono blancuzco. Esta combinación de colores y la franja blanca en las ancas no solo le ayudan a mimetizarse, sino que también cumplen una función importante durante la huida, actuando como una señal visual para otros miembros del grupo.
Hábitat y Distribución: Hogar en la Estepa Argentina
La Mara es una especie endémica de Argentina, lo que significa que su distribución natural se limita a este país. Se encuentra principalmente en gran parte del centro y sur del territorio argentino, siendo un icono de la fauna patagónica.
Su hábitat preferido son las zonas semiáridas abiertas, incluyendo estepas, montes bajos y pastizales. Se adapta especialmente bien a ambientes llanos con vegetación espaciada, lo que le permite tener una visión clara de su entorno y detectar posibles amenazas a gran distancia. Este tipo de paisaje, característico de la Patagonia, le ofrece tanto alimento como la posibilidad de construir sus madrigueras y refugiarse.
La Mara Patagónica es un animal de hábitos principalmente diurnos. Su mayor actividad se concentra durante la mañana y la tarde. Sin embargo, esta pauta puede variar según la estación: en los meses fríos del invierno, es más común verlas activas únicamente al mediodía, aprovechando las horas de mayor temperatura, mientras que en el verano, con el calor intenso, pueden desplazar parte de su actividad hacia la noche.
Una de las características más notables de la Mara es su comportamiento social. Son animales muy gregarios, lo que significa que viven en grupos. Estos grupos pueden ser sorprendentemente grandes, llegando a formar colonias de hasta 70 individuos. Esta vida en comunidad les proporciona mayor seguridad frente a los depredadores, ya que hay más ojos vigilando.

Dentro de la estructura social de la colonia, la unidad básica son las parejas monógamas. A diferencia de muchos otros roedores, las Maras forman vínculos de pareja duraderos, donde el macho y la hembra permanecen juntos de forma constante, generalmente a pocos metros de distancia uno del otro. Mantienen el contacto mediante vocalizaciones frecuentes, lo que refuerza su cohesión.
En estas parejas, la hembra suele ser la líder. Es ella quien inicia la mayor parte de las actividades, como la búsqueda de alimento o los desplazamientos, y el macho la sigue de cerca, moviéndose a su alrededor como un fiel guardaespaldas. El macho, además, realiza un comportamiento de marcaje territorial muy peculiar: se para sobre sus patas posteriores y rocía a la hembra con un fuerte chorro de orina. También marca el suelo con secreciones de sus glándulas anales y deposita sus heces para delimitar un territorio que, de hecho, es “móvil”, ya que se establece alrededor de la hembra a medida que se desplaza. Este comportamiento es una forma de afirmar su vínculo y proteger a su compañera.
Si un intruso, especialmente otro macho, se acerca demasiado a su pareja, el macho residente adopta una actitud intimidatoria. Si la amenaza persiste, no duda en atacar al intruso a mordiscones para defender a su hembra. Este nivel de protección de la pareja es inusual en muchos roedores y subraya la fuerza del vínculo monógamo.
Las Maras son expertas excavadoras gracias a sus fuertes uñas delanteras. Construyen sus propias cuevas, aunque también pueden aprovechar y acondicionar madrigueras abandonadas por otros animales, como vizcachas o peludos. Las cuevas son fundamentales, especialmente para las crías más pequeñas, que permanecen refugiadas en ellas de forma permanente durante sus primeras semanas de vida. Los juveniles las usan principalmente para pasar la noche, mientras que los adultos, aunque pueden refugiarse en ellas, a menudo eligen descansar bajo algún arbusto cercano, manteniendo una postura vigilante.
Cuando descansa, la Mara prefiere lugares abiertos. Se sienta sobre sus cuartos traseros, con las extremidades anteriores estiradas, adoptando una postura que recuerda a la de un perro sentado, con las orejas erguidas para estar alerta. A veces, para tomar sol, se echa de costado con las patas extendidas.
Frente a la detección del menor peligro, la Mara exhibe su impresionante velocidad. Puede lanzarse a correr a gran velocidad, alcanzando entre 60 y 80 kilómetros por hora. Además de correr, es capaz de saltar con las cuatro patas a la vez, cubriendo una distancia de hasta 2 metros en un solo movimiento. Durante esta huida a alta velocidad, la franja blanca de sus ancas se vuelve muy visible, actuando como una clara señal de alarma y dirección para otros miembros del grupo.
Su alimentación es estrictamente herbívora. Se nutre de hojas, tallos, raíces y cortezas de una gran variedad de vegetales presentes en su hábitat. Una adaptación interesante mencionada en la descripción de la Mara es su capacidad para vivir sin beber agua, obteniendo toda la hidratación necesaria de los vegetales que consume, lo cual es una ventaja crucial en ambientes áridos.
Reproducción y Cuidado de las Crías
La Mara se reproduce generalmente 2 o 3 veces al año, con picos de actividad reproductiva a mediados del invierno y durante la primavera. Previo a la cópula, los miembros de la pareja realizan una serie de comportamientos rituales complejos que sirven para afianzar su fuerte vínculo.
La gestación dura aproximadamente 3 meses (90-93 días). Al término de este periodo, la hembra da a luz un promedio de 2 crías por camada, aunque el número puede variar entre 1 y 5. Una característica asombrosa de las crías de Mara es su precocidad: nacen muy despiertas, con los ojos abiertos y cubiertas de pelo, y son capaces de correr a las pocas horas o desde el primer momento del nacimiento. Esta capacidad de movimiento casi inmediata es vital para su supervivencia en un entorno lleno de depredadores.
Durante las primeras semanas, las crías permanecen refugiadas en la seguridad de una madriguera. Son alimentadas por su madre, quien a menudo amamanta en posición sentada, una postura que le permite mantener la vigilancia del entorno. Las mamas están dispuestas de forma muy lateral, facilitando esta postura de lactancia mientras se mantiene alerta.

A partir de las 6 semanas de vida, los juveniles empiezan a seguir a la madre en sus desplazamientos fuera de la madriguera, aunque todavía regresan a la cueva para descansar por la noche. Una estrategia social fascinante dentro de la colonia de Maras son las “guarderias”. En estas guarderías, una o varias hembras adultas se quedan al cuidado de un grupo de jóvenes mientras las madres de estos se alejan para alimentarse. Este comportamiento cooperativo aumenta las posibilidades de supervivencia de las crías.
La lactancia se extiende por un periodo considerable, entre 8 y 11 semanas. Aunque el macho se mantiene siempre cerca de su pareja, no participa activamente en el cuidado directo de las crías. Su rol principal parece ser la protección de la hembra y, por extensión, la de su descendencia.
Las hembras alcanzan la madurez sexual aproximadamente a los 8 meses de edad. Sin embargo, bastante tiempo antes de que una hembra joven esté lista para reproducirse, algunos machos adultos solteros dentro de la colonia pueden empezar a acercársele, intentando establecer un vínculo y convertirse en su futura pareja. La formación de lazos de pareja es un proceso importante y parece ocurrir antes de que la hembra sea completamente madura.
Mara vs. Liebre Verdadera: ¿Cuál es la Diferencia?
Dada la confusión común entre la Mara y la liebre, es útil destacar las diferencias clave entre estos animales. Aunque superficialmente puedan parecer similares, pertenecen a órdenes taxonómicos distintos y presentan comportamientos y adaptaciones muy diferentes.
Característica | Mara (Dolichotis patagonum) | Liebre Verdadera (Orden Lagomorpha) |
---|---|---|
Clasificación | Roedor (Rodentia) | Lagomorfo (Lagomorpha) |
Tamaño | Grande (hasta 16 kg) | Variable, a menudo menor que la Mara adulta |
Patas traseras | Largas y finas, terminan en pequeñas pezuñas | Largas y fuertes, terminan en garras/uñas |
Patas delanteras | Garras fuertes (para excavar) | Garras/uñas |
Cola | Muy reducida (3.5-4.5 cm) | Reducida, pero generalmente más visible |
Estructura Social | Muy gregaria, colonias, parejas monógamas estables | Generalmente solitarias o en pequeños grupos temporales |
Uso de Madrigueras | Construyen o usan madrigueras; refugio para crías/juveniles, adultos a veces | Generalmente no excavan; las crías nacen en 'encames' (superficie) o madrigueras temporales |
Dieta | Herbívora (hojas, tallos, raíces, cortezas) | Herbívora (pastos, hierbas, ramas, cortezas) |
Agua | Puede vivir sin beber agua (la obtiene de la comida) | Requiere acceso a fuentes de agua |
Distribución | Endémica de Argentina (Patagonia) | Distribución mundial (excepto Antártida y Oceanía nativa) |
Como se ve en la tabla, a pesar de compartir un nombre común basado en su apariencia y movimiento, la Mara es biológicamente un roedor con adaptaciones y comportamientos sociales muy distintos a los de una liebre verdadera. Su parecido es un ejemplo de evolución convergente, donde especies no relacionadas desarrollan características similares en respuesta a ambientes parecidos.
Estado de Conservación: Un Futuro Incierto
Lamentablemente, a pesar de ser un animal emblemático y fascinante, las poblaciones de Mara Patagónica se enfrentan a importantes desafíos que han llevado a una disminución en varias zonas de su distribución. En algunos lugares, incluso han llegado a desaparecer localmente.
Si bien la caza por su carne y cuero ocurre en algunas áreas, los factores que más impactan negativamente en su supervivencia son la alteración de su hábitat natural y la competencia por el alimento con herbívoros introducidos. La expansión de la agricultura, la ganadería y otras actividades humanas fragmentan y reducen las estepas y pastizales donde vive la Mara, limitando su acceso a recursos y refugio.
Además, la introducción de especies herbívoras no nativas, como la liebre europea (irónicamente, una verdadera liebre que compite con la Mara por el nombre popular y por el alimento) y la oveja, genera una fuerte competencia por los mismos recursos vegetales que consume la Mara. Esta presión adicional sobre las fuentes de alimento en un ambiente ya de por sí árido contribuye a la disminución de las poblaciones de Mara.
Debido a estos factores, la Mara Patagónica se encuentra actualmente clasificada como Potencialmente Vulnerable por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y como Vulnerable a nivel nacional en Argentina. Esto subraya la necesidad de implementar medidas de conservación para proteger a esta especie única y asegurar su supervivencia a largo plazo en su hogar patagónico.
Preguntas Frecuentes sobre la Mara Patagónica
- ¿Cómo se llama realmente la Liebre de la Patagonia? Aunque se la conoce popularmente como Liebre de la Patagonia, su nombre científico y verdadero es Mara (Dolichotis patagonum). Es un roedor, no una liebre.
- ¿Dónde vive la Mara? Es una especie endémica de Argentina, habitando en las zonas semiáridas del centro y sur del país, principalmente en la Patagonia.
- ¿Qué tan rápido puede correr una Mara? Son animales muy veloces, capaces de alcanzar velocidades de entre 60 y 80 kilómetros por hora.
- ¿Cómo es la vida social de la Mara? Son muy gregarias y viven en colonias. La base de su estructura social son las parejas monógamas estables, donde el macho y la hembra permanecen juntos.
- ¿Construyen madrigueras? Sí, excavan sus propias madrigueras o adaptan las abandonadas por otros animales, usándolas como refugio, especialmente para las crías y juveniles.
- ¿Por qué la Mara es considerada vulnerable? Sus poblaciones están disminuyendo debido principalmente a la pérdida y alteración de su hábitat y a la competencia por el alimento con especies introducidas como la liebre europea y la oveja.
- ¿Las crías de Mara nacen indefensas? No, nacen muy precoces, con los ojos abiertos y cubiertas de pelo, y son capaces de correr a las pocas horas de nacer.
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