19/11/2023
La arteriosclerosis y las complicaciones cardiovasculares que derivan de ella representan la principal causa de enfermedad y muerte en los países desarrollados. Esta patología se inicia con alteraciones en la función de las células que recubren el interior de los vasos sanguíneos, conocidas como endotelio. Para comprender mejor estos procesos y desarrollar tratamientos, la investigación científica recurre a modelos animales que permitan simular la enfermedad en un entorno controlado. Entre estos modelos, el conejo ha demostrado ser especialmente útil, particularmente en el estudio de las enfermedades cardiovasculares.

El uso de conejos como modelo experimental se justifica por su capacidad para desarrollar rápidamente lesiones ateromatosas, es decir, placas de grasa que se acumulan en las arterias, cuando son sometidos a una dieta rica en colesterol. Estas lesiones, aunque con algunas diferencias respecto a las humanas (mayor contenido de lípidos y macrófagos), son estables y uniformes en tamaño y distribución, lo que facilita su estudio y la reproducibilidad de los experimentos. A continuación, exploraremos en detalle por qué el conejo es un modelo elegido y cómo se utiliza en la investigación de la arteriosclerosis.

¿Por Qué el Conejo es un Modelo Adecuado?
El conejo ha sido empleado históricamente en la investigación biomédica debido a varias características ventajosas. Su tamaño facilita el manejo y los procedimientos quirúrgicos y de diagnóstico por imagen. Además, su fisiología permite inducir y estudiar ciertas patologías de forma controlada.
En el contexto específico de las enfermedades cardiovasculares, la clave reside en su metabolismo lipídico. A diferencia de otros animales, los conejos responden a una dieta hiperlipídica desarrollando rápidamente hipercolesterolemia y, consecuentemente, lesiones ateromatosas en sus arterias. Esta susceptibilidad los convierte en un modelo ideal para investigar los mecanismos de formación de la placa de ateroma y probar la eficacia de nuevas terapias o intervenciones.
La capacidad de inducir estas lesiones de forma predecible y en un tiempo relativamente corto (pocas semanas) permite a los investigadores observar la progresión de la enfermedad y evaluar el impacto de diferentes factores o tratamientos de manera eficiente.
El Modelo de Aterosclerosis Inducida
Para simular la arteriosclerosis en conejos, se emplean principalmente dos estrategias que a menudo se combinan:
Dieta Hiperlipídica
La base del modelo es la administración de una dieta con alto contenido de colesterol y grasas. Esta dieta, consumida "ad libitum", eleva significativamente los niveles de colesterol en la sangre del animal, desencadenando el proceso de aterogénesis. La composición de estas dietas está cuidadosamente definida para maximizar el efecto aterogénico. Por ejemplo, se puede añadir colesterol puro y aceites específicos como el aceite de palma.
La tabla siguiente muestra un ejemplo típico de la composición de una dieta hiperlipídica utilizada en conejos:
Ingrediente | Porcentaje (%) |
---|---|
Cebada | 12,0 |
Salvado de trigo | 30,0 |
Torta de girasol | 10,0 |
Semilla de girasol | 1,5 |
Heno de alfalfa | 28,0 |
Pulpa de remolacha | 4,0 |
Paja de cereal | 4,0 |
Melaza de caña | 1,0 |
Manteca | 0,5 |
Aceite de palma | 6,0 |
Colesterol | 1,0 |
Bicarbonato sódico | 0,6 |
Carbonato cálcico | 0,6 |
Cloruro sódico | 0,3 |
Corrector de vitaminas y oligoelementos | 0,5 |
Como se observa en la tabla, la adición de colesterol y aceite de palma son componentes clave para inducir la hipercolesterolemia necesaria para el desarrollo de las lesiones.
Lesión Vascular Mecánica
Además de la dieta, a menudo se induce una lesión directa en una arteria específica para acelerar y focalizar la formación de la placa de ateroma. Una técnica común es la denudación endotelial mediante un catéter de balón. Este procedimiento implica introducir un catéter con un pequeño balón deshinchado en una arteria (frecuentemente la arteria ilíaca, por su similitud en diámetro con arterias humanas relevantes como las coronarias o infrapoplíteas), inflar el balón en la zona deseada y realizar movimientos suaves para dañar la capa interna del vaso (el endotelio). Este daño inicial estimula una respuesta inflamatoria y de reparación que, en presencia de altos niveles de colesterol, favorece la adhesión de lípidos y células, acelerando la formación de la placa.
La técnica de cateterización arterial en conejos es un procedimiento quirúrgico delicado que requiere anestesia y un abordaje cuidadoso, como la exposición de la arteria carótida para acceder al sistema arterial mediante la técnica de Seldinger. La elección del tamaño del balón es crucial, ya que un balón demasiado grande puede causar complicaciones severas como la rotura del vaso, mientras que uno de tamaño adecuado induce el daño necesario sin comprometer excesivamente la seguridad del animal.
Manejo y Procedimientos Experimentales
La realización de estos estudios en conejos implica una serie de pasos rigurosos, desde la selección y manejo inicial de los animales hasta la evaluación de los resultados.
Selección y Cuidado de los Animales
Se suelen utilizar conejos de razas estándar en experimentación, como el conejo blanco de Nueva Zelanda, debido a su uniformidad genética y disponibilidad. Los animales se mantienen bajo condiciones controladas de acuerdo con la legislación vigente sobre protección animal en experimentación, asegurando su bienestar.
Examen Físico y Analíticas Basales
Antes de iniciar cualquier intervención, los conejos son sometidos a un examen físico completo, incluyendo auscultación, pesaje y análisis de sangre para evaluar su estado de salud general y obtener valores basales de parámetros como el colesterol y los triglicéridos.
Sedación y Anestesia
Los procedimientos como la cateterización o la ecografía requieren que el animal esté inmovilizado o anestesiado. Se utilizan protocolos de sedación y anestesia adaptados a la especie, combinando sedantes, anestésicos y analgésicos para minimizar el estrés y el dolor. Es importante tener en cuenta que los conejos son sensibles al estrés y a ciertos anestésicos, lo que exige una monitorización cuidadosa.
Técnicas de Evaluación
Para evaluar el desarrollo de las lesiones ateromatosas y el impacto de la lesión vascular, se emplean diversas técnicas. La ecografía de alta resolución es una herramienta no invasiva fundamental, que permite medir el diámetro de las arterias y visualizar el engrosamiento de la pared o la presencia de placas. La ecografía Doppler color complementa esta información al permitir evaluar el flujo sanguíneo.
La arteriografía, aunque más invasiva, proporciona imágenes detalladas del árbol arterial mediante la inyección de contraste, permitiendo visualizar estenosis (estrechamientos) o irregularidades en la luz del vaso. Sin embargo, la imagen inmediata tras la lesión con balón puede mostrar un estrechamiento debido a espasmo arterial, por lo que la evaluación a largo plazo con ecografía es más representativa del daño estructural.
Los análisis de sangre periódicos son esenciales para monitorizar los niveles de lípidos en respuesta a la dieta hiperlipídica y confirmar el desarrollo de la hipercolesterolemia.
Resultados Típicos Observados
Tras un periodo de varias semanas (comúnmente 8 semanas) con la dieta hiperlipídica y la lesión vascular, los resultados en los conejos suelen mostrar:
- Un aumento muy significativo de los niveles de colesterol plasmático en comparación con los valores basales.
- El desarrollo de lesiones ateromatosas en las arterias, particularmente en la arteria que fue sometida a la lesión mecánica.
- Una disminución en la luz (diámetro interno) de la arteria lesionada, observable por ecografía, en comparación con la arteria contralateral no lesionada. Esto demuestra el efecto combinado de la lesión y la dieta en la formación de la placa y el engrosamiento de la pared arterial.
- Diferencias en la severidad de las lesiones o las complicaciones según el método de lesión empleado (por ejemplo, el tamaño del balón de angioplastia).
La tabla siguiente resume un ejemplo de resultados analíticos observados antes y después de la dieta:
Parámetro | Predieta aterogénica (mg/dl) | Posdieta aterogénica (mg/dl) | Significancia estadística |
---|---|---|---|
Colesterol plasmático | ~38 | ~1791 | p<0,01 (Significativo) |
Triglicéridos plasmáticos | ~30 | ~36 | No significativo |
Estos datos confirman que la dieta es altamente efectiva para inducir hipercolesterolemia en el modelo de conejo.
La evaluación ecográfica también muestra cambios significativos en el diámetro de los vasos, especialmente en la arteria lesionada:
Vaso | Exploración basal (mm) | Tras daño + dieta (Grupo A, balón 2.5mm) (mm) | Tras daño + dieta (Grupo B, balón 3mm) (mm) |
---|---|---|---|
Luz aorta | ~4,1 | ~2,78 | ~3,07 |
Luz arteria ilíaca derecha (control) | ~3,0 | ~2,18 | ~2,53 |
Luz arteria ilíaca izquierda (lesionada) | ~3,0 | ~1,16 | ~1,39 |
La comparación entre la ilíaca izquierda (lesionada) y la ilíaca derecha (control, solo expuesta a dieta) muestra una reducción significativa en el diámetro de la arteria lesionada, evidenciando el impacto del daño mecánico combinado con la dieta en el desarrollo de estenosis aterosclerótica.
Consideraciones y Desafíos
Aunque el conejo es un modelo valioso, su uso presenta desafíos. La sensibilidad de los conejos al estrés puede aumentar el riesgo de complicaciones durante los procedimientos anestésicos y quirúrgicos. Las tasas de supervivencia pueden variar dependiendo de la complejidad de la intervención y la experiencia del equipo.
La elección de la técnica de lesión, como el tamaño del balón de angioplastia, es crítica para equilibrar la inducción de una lesión reproducible con la minimización de las complicaciones. Experimentos han demostrado que balones de menor diámetro pueden ser igualmente efectivos para inducir aterogénesis, pero con una menor tasa de complicaciones graves como la rotura arterial.
Conclusión
En resumen, el conejo se establece como un modelo experimental pertinente y eficaz para el estudio de la arteriosclerosis y otras patologías cardiovasculares. Su capacidad para desarrollar lesiones ateromatosas rápidamente bajo una dieta hiperlipídica controlada, combinada con la posibilidad de inducir daño vascular localizado, permite a los investigadores simular aspectos clave de la enfermedad humana.
Las técnicas como la cateterización con balón y la evaluación mediante ecografía son herramientas esenciales en este modelo, proporcionando información valiosa sobre la progresión de la enfermedad y la respuesta a intervenciones. A pesar de los desafíos inherentes al manejo animal y los procedimientos invasivos, el modelo de conejo continúa siendo una herramienta fundamental en la búsqueda de nuevas estrategias para prevenir y tratar las enfermedades cardiovasculares que afectan a millones de personas en todo el mundo.
Preguntas Frecuentes sobre el Uso de Conejos en Investigación
¿Por qué se prefieren los conejos para estudiar la arteriosclerosis?
Los conejos son preferidos porque desarrollan rápidamente hipercolesterolemia y lesiones ateromatosas significativas cuando se les alimenta con una dieta rica en colesterol, lo que simula la enfermedad humana de manera reproducible en un período de tiempo relativamente corto.
¿La dieta es el único factor que causa la enfermedad en estos experimentos?
No, a menudo se combina la dieta hiperlipídica con una lesión mecánica en una arteria específica (como la ilíaca) utilizando un catéter de balón. Este daño localizado acelera y focaliza la formación de la placa de ateroma en esa área.
¿Cómo se evalúa el desarrollo de la arteriosclerosis en los conejos?
Se utilizan principalmente análisis de sangre para medir los niveles de colesterol y triglicéridos, y técnicas de imagen como la ecografía (incluyendo Doppler color) y la arteriografía para visualizar las arterias, medir su diámetro y detectar la presencia de placas o estrechamientos.
¿Son seguros los procedimientos para los conejos?
Se aplican protocolos estrictos de sedación, anestesia y analgesia para minimizar el sufrimiento. Sin embargo, como con cualquier procedimiento quirúrgico, existen riesgos, y se toman precauciones para reducirlos, como la elección adecuada del tamaño de los instrumentos (ej. balón de angioplastia) y una monitorización cuidadosa.
¿Qué se aprende de estos experimentos que sea aplicable a los humanos?
Los estudios en conejos ayudan a entender los mecanismos por los cuales se forman las placas de ateroma, a identificar factores que influyen en su progresión y a probar la eficacia y seguridad de posibles tratamientos farmacológicos o intervenciones (como nuevos tipos de stents o balones) antes de que puedan ser probados en humanos.
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